Yo estoy bastante seguro, que has
escuchado a lo largo de tu vida, aquello de "cómo llegué ser un Cinturón
Negro" de tal o cual disciplina marcial. Ok. Todo bien con eso.
Pero ahora vamos a ver con un cristal diferente esta cuestión.
Sí,
"diferente". Porque los caminos para llegar a ciertos lugares, no son
siempre los mismos, y eso se debe en parte, a las experiencias
personales de cada uno.
Si
el tema te molesta, o de alguna manera te ofende, estás a tiempo para
dejar de leerme, justo en este momento. Luego será tarde...
A
lo largo de mi experiencia personal en distintas Artes Marciales,
obviamente siempre hubo un principio en el camino. En ese camino, y como
muchos de mi época, la "zanahoria delante del carro"
era vencer algunas formas y otro poco más de cosas por allí, para
tratar de subir de "cinturón". Y un cinturón de color, era algo preciado
por todos los compañeros de entreno. Los mayores a nosotros, lucían
colores más llamativos, léase "más importantes". Y allí comencé a dudar
de algunas cuestiones. No porque estuviere mal tratar de conseguir "otro
color más", sino porque era lo que se "mostraba sin mostrártelo". Es
bien simple. Todas las clases y entrenamientos, teníamos delante nuestro
gente mayor a nosotros, con hermosos cintos de colores diferentes. Y la
frutilla del postre: el cinto negro de nuestro Maestro de entonces.
Es
decir, no solo queríamos ese cinto de color que seguía al que ya
tenías, sino que además, en nuestras cabezas de aquellos tiempos, casi
impensadamente pero sí sugestivamente, queríamos ese "cinto negro" de
quien enseña a todos. ¿ Te vas dando cuenta ?.
Y
allí radicaba -a mi entender- nuestro primer error. Un error de base
que muchos no corrigen. Y es en el ESPÍRITU de tu formación. Correr para
alcanzar una linda vestimenta deportiva, o para obtener un pomposo
cinto de color (sea de colores variados, o sea un cinto negro) no era lo
importante, más allá de las palabras que todos te dicen.
Era
necesario, que nazca de nosotros mismos -y en aquel tiempo- otro tipo
de inquietud, otro tipo de mirada. Una que nos llevara directo a la
esencia, y no a la superficie.
Luego
de un buen tiempo, bastantes años diría yo, comprendí a través del
esfuerzo, de las privaciones, de los logros, de las experiencias
propias, de las inquietudes de ser yo, mejor que yo mismo, no mejor que
otros, que lo que buscaba era mi propia superación, no porque alguien me
lo dijera -lo cual restaría importancia a mis propios descubrimientos
de cómo ser- sino que aparecía gracias a mi propia necesidad de
mejoramiento.
Motivación ?.
Siempre debe surgir de uno mismo, de nuestro propio espíritu. Nuestro
interior. Si necesitas que otros te motiven, entonces no necesitas un
Profesor o Maestro de Arte Marcial, necesitas un "showman" que haga su
acto enfrente tuyo y así te distraiga.
Años
de entrenamiento, de experiencias marciales, aquí y en China, incluso
en Hong Kong. Y la muy agradable sorpresa de saber que los antiguos
Maestros del Arte Marcial, ni siquiera sabían de la existencia de las
"graduaciones" o cintas de color. Y mucho menos, que alguien deseara
obtener un Cinto Negro como la muestra de su habilidad marcial o
personal. Por el contrario, muchos de ellos, por ejemplo, en China,
acompañaban sus coloridas vestimentas tradicionales con fajas de color,
pero que tenían que ver con lo "visual", es decir acompañando y
dependiendo del color de la vestimenta general, y no como un símbolo de
"graduación".
Así,
poco a poco, pero íntegramente, forjé mi esfuerzo personal en aprender y
mejorar. Poco a poco, tal como debe ser una buena "maduración", ES COMO YO LLEGUÉ A NO SER UN CINTO NEGRO !.
Se
acuerdan de Bruce Lee, él decía muchas cosas, pero una de ellas va en
concordancia con esto: "el cinturón es un implemento necesario solo para
que tus pantalones no se caigan".
Llegado
es ese punto, tu técnica defensiva, marcial, combativa, deja de ser
"linda" para que otros te feliciten, y comienza poco a poco a ser buena y
efectiva (real) para vos mismo, para tu talla, para tu peso, para toda
tu persona. Tu Arte Marcial ya es parte tuya. Estará presente donde
vayas, y de la manera que vivas. Ahí está el logro. Ahí, seguramente te
inclinarás con responsabilidad delante tu Maestro, y él te devolverá la
inclinación con el saludo del respeto que se otorga a quienes lo merecen
por haberse descubierto y haber crecido.
Dato importante: mis MAESTROS
no tenían -ninguno de ellos, aparte de ser verdaderas leyendas en la
misma China- ningún tipo de Cinturón Negro ni de Faja Negra, solo tenían
SUS AUTÉNTICOS CONOCIMIENTOS, transmitidos de generación en generación. Un legado.
Mi
Escuela Marcial, no usa cintas o fajas de colores como graduación de
nada. Solo la pericia individual, es la que coloca a cada estudiante en
el lugar que está. Nadie debe mirar "su cintura" para creer saber su
nivel, deben verlo a él mismo moverse y conducirse.
Muchos, ya han imitado esta tradicional manera, y en lo personal, yo espero que muchos más la imiten en el futuro.
Porqué escribí esta breve Nota ?
Muy
sencillo, sentí ganas de comunicárselos, que lo sepan. Y quizás, hasta
que lo compartan públicamente con quien gusten hacerlo.
Muchas
gracias por leerlo, y como siempre, los aportes o comentarios que
deseen realizar con el respeto que nos caracteriza, siempre serán
bienvenidos, enriqueciendo para beneficio de Todos.
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